Hace más de cuatro décadas arrancó en Vitoria-Gasteiz la labor formativa de la Escuela de Teatro. La Cooperativa Denok fue la impulsora inicial de una docencia escénica que desde hace más de treinta años lidera la compañía Porpol Teatro bajo el nombre de Taller de Artes Escénicas (TAE).
Fueron 25 las personas que comenzaron en aquel primer curso impulsado por la Denok y actualmente son casi 300 personas las que acuden semanalmente al TAE a jugar, aprender y crear. El abanico de cursos engloba grupos de adultos/as, jóvenes, niños/as y bebés.
Go Gasteiz Kultura ha hablado con Javier Alcorta ‘Txortas’ sobre el nacimiento y la evolución del TAE, centro pionero de la enseñanza teatral en Euskadi.
La escuela de teatro de Vitoria-Gasteiz, que ahora es el TAE, tiene más de 40 años de andadura, ¿cómo era aquella escuela en sus inicios?
La escuela se implantó en Gasteiz con la llegada de la cooperativa teatral Denok. Era un proyecto teatral muy grande, la compañía producía espectáculos y giraba por toda España. Tenía gente muy competente dentro, con mucha capacidad de gestión, que abarcaba desde la producción hasta un equipo de trabajo con colegios. También se encargaban de toda la programación teatral de Vitoria-Gasteiz y del Festival Internacional de Teatro. Dentro de todo ese magma estaba la Escuela de Teatro. Las clases se comenzaron a impartir en lo que ahora es el Parlamento y luego en los jardines de Ajuria Enea. Cuando esta se convirtió en la sede de Lehendakaritza, la compañía cayó en este local de la calle Reyes Católicos.
Tus comienzos en la escuela fueron como alumno. ¿Cómo eran las clases? ¿Qué se aprendía por aquel entonces?
Me incorporé como alumno en el 78 y las asignaturas eran más o menos las mismas que se imparten hoy en día. Hay dos aspectos fundamentales en el trabajo pedagógico: el primero es que el/a actor/actriz no tiene más herramientas de trabajo que su cuerpo y su voz, y el segundo es que para nosotros/as el teatro es un juego, nada de lo que sucede en el escenario es verdad. Trabajábamos y seguimos trabajando el cuerpo, la expresión corporal, la voz y la interpretación.
¿Cómo ha ido evolucionando la escuela en todos estos años?
En 1984 se disolvió Denok y formamos Porpol Teatro. Gestionamos la escuela desde 1986 con convocatorias públicas anuales. En todos estos años ha habido momentos inolvidables, como cuando trajimos a Fernando Arrabal o a José Luis Gómez a impartir charlas. También organizamos un curso de performance con Marcel·lí Antúnez. Había dinero, podíamos organizar actividades muy potentes y todas las plazas se llenaban. Poco a poco se fueron congelando los presupuestos, posteriormente fueron bajando y ya en 2012 nos recortaron un 40%; fue un palo muy salvaje. A día de hoy no hemos vuelto a cifras de 2009.
¿Actualmente qué cursos impartís y a quienes están dirigidas las clases?
Ofrecemos cursos tanto para adultos como para jóvenes, niños/as e incluso bebés. En el caso de los/as más pequeños/as, la formación se divide en tres franjas de edad, con grupos de entre 3 y 5, 6 y 10, y 11 y 14 años. El alumnado joven puede apuntarse a los grupos de teatro para chicas y chicos de entre 15 y 18 años o a Teatro Musical.
Las personas adultas que desean conocer y practicar el universo de la escena pueden hacerlo a través del curso de Formación de Actrices y Actores, visitando todas las técnicas y parcelas teatrales, o con un acercamiento un poco más ligero a través del curso de Iniciación Teatral. También pueden formarse en Teatro Musical, con canto y danza como principales ingredientes del aprendizaje. Esporádicamente traemos monográficos con profesores puntuales.
Una de vuestras herramientas de trabajo es el cuerpo, ¿cómo se relacionan las personas con él? ¿Qué es, en el trabajo que realizáis, lo más complejo?
En general no somos conscientes ni de las capacidades que tiene el cuerpo ni de cómo lo utilizamos. No obstante, nosotros/as no enseñamos mediante un proceso de adquisición de conocimientos, no hay método, es un trabajo personal de cada alumno/a. El trabajo del profesorado es facilitar la experiencia de cada persona y que cada una saque sus propias conclusiones a partir de su propia experiencia y aprenda. Los procesos son muy emocionantes.
En el teatro se trabaja el compañerismo, el trabajo en equipo, se desarrolla la creatividad y se potencia la imaginación
¿Qué competencias se trabajan a través del teatro?
Son ilimitadas. Con niños/as y jóvenes hemos descubierto que en la práctica del teatro hay un aspecto terapéutico que nosotros/as nunca lo habíamos trabajado como objetivo. Además, se trabaja el compañerismo, el trabajo en equipo, a canalizar la energía, se desarrolla la creatividad y se potencia la imaginación.
Los/as adultos/as encuentran herramientas que les sirven para su vida personal, ajenas a lo que es la práctica teatral; desde el trabajo de voz para personas docentes, hasta estrategias que se pueden trasladar a las aulas educativas. Se trabaja un gran abanico de elementos que tienen que ver con tu ser, con tu forma de actuar, de comportarte, con tus limitaciones, con tus miedo y con tus prejuicios.
¿Cómo se trabaja todo esto? ¿Cuáles son las diferencias entre las clases para pequeños/as, jóvenes y adultos/as?
El teatro es un juego para todos/as, pero hay que adecuar las clases a cada edad. Los juegos se abordan de diferentes maneras y el nivel de exigencia es diferente en cada grupo.
En estos 40 años, la escuela ha evolucionado. ¿Lo ha hecho también el alumnado?
Los/as alumnos/as han cambiado, pero la ciudad también. Actualmente estamos viendo que hay una falta de expectativa laboral. Vitoria está viviendo un proceso inverso al de Bilbao, que es hoy en día un hervidero artístico y cultural; está Pabellón 6, que funciona como un tiro, o el Arriaga, que está apostando por gente local y producciones locales con muchos medios. También está Harrobia, la BBK, y muchos otros grupos e iniciativas culturales. Me da mucha envidia porque es una oportunidad que se perdió aquí hace muchos años. A pesar de todo, en Vitoria hay mucha gente haciendo cosas, pero falta esa capacidad de aglutinar, echo en falta una apuesta fuerte que haga que de repente alguien diga: yo quiero ser actor o actriz y no voy a necesitar irme a Madrid.
¿Cómo definirías la formación teatral en Álava y Euskadi? ¿Cuántos espacios hay para la enseñanza reglada?
Solo está Dantzerti, no hay más, y es un problema. Objetivamente no hay ninguna razón para que el TAE no tenga consideración de grado medio. Si cuando el Conservatorio José Uruñuela adquirió la consideración de grado medio alguien se hubiera planteado que la escuela de teatro se merecía también esa apuesta, igual las cosas habrían cambiado. Solo por el hecho de ser un conservatorio, al igual que ocurre con el Luis Aranburu, tienen una demanda bestial, mucho mayor que una escuela.
Desde el TAE también habéis ofrecido clases de teatro en los centros educativos. ¿Creéis que las artes tienen presencia suficiente en las aulas? ¿Qué creeis que se puede hacer para mejorar esto?
Cuando las circunstancias apretaron, hubo que bajar salarios de profesores/as y adquirimos el compromiso de buscarles más trabajo y darles más horas. Apostamos por las extraescolares en los centros escolares y llegamos a tener un montón de grupos. Pero es muy diferente la concepción del trabajo de las artes escénicas en unos centros y en otros. Hay centros en los que teníamos la sensación de que ofertaban teatro solo para tener a los/as niños/as controlados y otros centros en los que se volcaban con nosotros/as. Pero de repente, las empresas que abordaban las actividades deportivas comenzaron a ofertar teatro a mitad de precio de lo que lo hacíamos nosotros/as y por esa intrusión se nos cayó el trabajo.
A nivel de políticas públicas locales, ¿cuáles consideráis que son cuestiones urgentes a abordar?
En general tiene que cambiar la mirada sobre el ámbito de la cultura, tenemos que dejar de ser esa cosa prescindible, eso a lo que se acude cuando hay que vender imagen. Se hace una apuesta o no se hace. La Diputación ha aprobado hace poco una línea de ayudas a gasto estructural, inversión e innovación en proyectos, una apuesta económica que no se había hecho nunca en esta ciudad. Que en una estrategia de reactivación económica entre la cultura es algo que en el Ayuntamiento no pasa. Que de repente te consideren un sector a incluir dentro de un programa de reactivación económica es algo inconcebible en esta ciudad, algo inaudito. Lo que falta es ese cambio de perspectiva. Porque, ¿a alguien le importa en lo que revierte la cultura o el trabajo que genera la cultura?
Otra de vuestras áreas de trabajo es del desarrollo de públicos. ¿Qué estrategias lleváis a cabo para ello? ¿Colaboráis con otros agentes de la ciudad?
Sería bueno que hubiera más conexión. Todos/as tenemos esa tendencia de proteger nuestro redil y si colaboramos con otros/as parece que estamos facilitando su trabajo y perjudicándonos a nosotros/as. Eso es muy negativo y todos/as caemos en ese pensamiento. En nuestro caso, con el objetivo de enriquecer la experiencia de la gente que viene al TAE y facilitar que el alumnado vaya a ver teatro, colaboramos con el Teatro Principal. Además, si antes de una función hay posibilidades de organizar un encuentro con una actriz o con un director, lo hacemos, pero es complicado. Este 2020 hemos comprado más de 500 entradas de espectáculos del Teatro Principal. Creo que esto se podría extrapolar y hacerlo también con otras actividades.