Improvisación, dícese de un poema, discurso o pieza musical que una persona compone o ejecuta sin haberlo estudiado o preparado. El músico Koldo Uriarte nos descubre que no todo es lo que parece y que lo aparentemente fácil, requiere mucho estudio.
Koldo se acercó a la música por primera vez en su pueblo natal, Araia. Tentado por una amiga conoció el txistu, y no tardó en pasarse al piano. «Me gustaba, avanzaba muy rápido. Supongo que tenía buen oído y todavía no lo sabía», nos cuenta.
Este interés y gusto por la música le llevaron a experimentar y aprender casi de forma autodidacta. Así transcurrieron los años y encontró en el jazz y la improvisación la forma de saciar sus inquietudes.
Durante años compagina las giras y colaboraciones con diferentes artistas del pop estatal, con el cuarteto de jazz Sant Pau 44 que, en sus palabras, «era la forma de poner en práctica todo lo que estudiábamos; de divertirnos, de tocar un montón, de viajar, de poder grabar, etc.».
En estas giras conoce a Alex Piñeiro con quien conforma su propia banda, Kapland. Esta le permite dar sus primeros pasos como productor. Fiel a su instinto, autodidacta y experimental, comenta que le sucede que «hay algo en mi cabeza que está muy claro y que necesito reflejar de una manera muy concreta».
Esta forma única de crear le ha llevado a Koldo convertirse en colaborador habitual del cantautor Mikel Urdangarin o de componer, junto a Bingen Mendizabal, la música del largometraje “Baby” de Juanma Bajo Ulloa.