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“Siente la naturaleza que hay en ti, eres una pequeña parte de ella”

Patricia Nagashiro, entre el arte y la ciencia

Fotografía: Kike Gómez

Enamorada, apasionada y defensora de la naturaleza, la diseñadora gráfica e ilustradora científica Patricia Nagashiro nos abre las puertas de su casa-estudio para mostrarnos su trabajo.

Natural de la Amazonia de Bolivia e hija adoptiva del País Vasco desde hace más de 20 años, ha convertido su pasión por la naturaleza en su medio de trabajo y utiliza la ilustración como herramienta y medio de expresión, conocimiento y divulgación de la misma.

Diseñadora gráfica de profesión, quiso estudiar Bellas Artes, pero en su país no existía, tampoco un bachiller artístico que fomentará su desarrollo creativo.  Tampoco pudo acudir a una Escuela de Artes y Oficios donde trabajara la ilustración. Pero ello no impidió que el arte formara parte de su vida y trayectoria profesional. 

Todo comenzó en casa

De padre periodista y madre aficionada a la pintura, aún con sus 88 años no ha dejado de pintar cada día, en su casa nunca faltaron libros y papeles. En su sala de estar era protagonista una pequeña biblioteca donde colecciones enteras de enciclopedias sobre naturaleza y cuerpo humano ocupaban gran parte de sus estanterías. Sus vacaciones de verano transcurrían entre libros, dibujos, ilustraciones que copiaba de aquellas enciclopedias, y correr por el campo para conocer esas especies que encontraba interpretadas sobre papel.

De manera natural, observando lo que conocía y tenía a su alcance, comenzó a ilustrar. Primero copiando y, más tarde, siendo ella misma quien interpretara la naturaleza, investigara y fuera capaz de plasmar sobre papel todo ese entorno natural que la rodeaba. Y así, de forma inconsciente, la ilustración se convirtió en la compañera de viaje que la acompaña desde entonces.

Motivada siempre por su familia, comenzó sus estudios de diseño gráfico, sin conocer que la ilustración pudiera ser en sí misma una profesión. Años más tarde, con una carrera profesional ya reconocida y tras ganar varios premios tanto en identidad corporativa como en cartelería en su país, se dio cuenta de que el elemento diferenciador sobre el resto de propuestas era, precisamente, la ilustración. De forma automática, su cabeza hizo una recopilación de toda su trayectoria profesional y se dio cuenta que la ilustración estaba presente en todos sus trabajos.

Fotografía: Kike Gómez

La Escuela de Artes y Oficios de Vitoria-Gasteiz: un cambio de rumbo

En Vitoria-Gasteiz encontró su ciudad adoptiva, a la que guarda un enorme cariño. A su llegada aquí trabajó en varios proyectos como diseñadora gráfica, pero por circunstancias familiares y conciliación tuvo que poner en pausa su carrera profesional. Eso sí, nunca dejó de ilustrar.

“Mi escape fue a la Escuela de Artes y Oficios”, Patricia acudía a clases de la escuela regularmente, aprendía nuevas técnicas, nuevas formas de expresión y, sobre todo, no paraba de dibujar y de ilustrar. Tanto que ese fue el impulso que necesitó para darse cuenta de que no era diseño gráfico lo que quería seguir haciendo, sino ilustración, “quería hacer ilustración y me dije: esto es lo que me gusta hacer y me tengo que reciclar. Y así me metí en mis primeros cursos de ilustración de editorial infantil”.

A partir de ahí todo empezó a tomar forma. Por circunstancias personales, Patricia y su familia pasaron largas temporadas en el hospital infantil. Con su carpeta de ilustraciones siempre bajo el brazo, Patricia aprovechaba las horas allí para ilustrar, soñar, fantasear… Hasta que un día se dejó olvidada su carpeta un momento; el tiempo suficiente para que la profesora del aula de pediatría de Txagorritxu le echara un ojo y le hiciera a la ilustradora el que se convertiría en su primer trabajo de ilustración. Junto a la escritora y profesora Ana García de Motiloa Gámiz realizó las ilustraciones de “Lina, la golondrina”, un cuento dirigido a niños/as que atraviesan por una enfermedad oncológica, donde de manera metafórica pueden conocer cómo es el proceso por el que tiene que pasar a través de la experiencia de Lina.

A partir de entonces surgieron nuevos proyectos y Patricia decidió que era el momento de retomar su carrera profesional. Se formó en ilustración científica y su vida cambió. “Fue un giro de 180 grados, los proyectos de ilustración empezaron a surgir y empecé a trabajar de la mano de investigadoras, no solo era ilustrar”.  Se familiarizó con los mundos de la biotecnología y biomedicina, y también colaboró en proyectos de ilustración odontológica con el especialista vitoriano Eduardo Anitua.

Fotografía: Kike Gómez

Ilustración científica, ilustración naturalista y/o ilustración ornamental y decorativa

La ilustración científica consiste en la transmisión de conocimiento, uniendo el arte y la ciencia, que aporta información científica de la morfología de la especie a mostrar. Mientras que la ilustración naturalista busca, registra, documenta y aporta información desde el punto del que se observa, como su contexto o hábitat. En ambos casos, existen unos códigos de representación que hay que respetar, unos códigos de líneas, de colores, de iluminación o de posición. 

Entre el 60% y el 70% del trabajo de una ilustración científica es la información, la toma de datos, el conocer la especie que se está interpretando y poder plasmar esta con todas sus características, manteniendo siempre un rigor científico. Patricia trabaja de la mano de especialistas, estudia, investiga y contrasta cada mínimo aspecto que su ilustración recogerá. Entonces, “para mí, cuando yo estudio al lado del especialista una especie, es conocerla, es ver lo maravillosa que es esta especie, lo maravillosa que es la naturaleza y para mí eso es ver las cosas con otros ojos”. Un cocimiento que absorbe y plasma sobre sus ilustraciones para que estas puedan ser divulgadas en exposiciones, conferencias, libros o enciclopedias y que sirvan de herramienta y estudio para nuevas generaciones, para investigadores/as, para historiadores/as, y para la población en general.

Para Patricia es importante conocer la diferencia entre estos tipos de ilustración y la ilustración ornamental y decorativa, cuya inspiración se encuentra en la naturaleza, pero que no ha de ser fiel a la misma y su fin es la estética. Es decir, se desprende del rigor científico de la ilustración científica, para poder inventar y fantasear con hojas, flores, formas y colores.

Fotografía: Kike Gómez

El proceso creativo

Tras documentarse, Patricia realiza unos bocetos en blanco y negro que comparte con las personas especialistas. Con su visto bueno y anotaciones, comienza el proceso de color y elige la paleta de colores. En su estudio, sobre papel y con sus acuarelas, va combinando hasta conseguir la paleta que estaba buscando y que utilizará en su ilustración. Todavía sobre papel, da color a la especie que esté interpretando, para, finalmente, terminar la ilustración digitalmente.

Por último, diseña y compone la infografía, textos e imágenes tienen que tener un sentido compositivo que su formación y experiencia como diseñadora gráfica resultan fundamentales. 

Defensora de la naturaleza

A Patricia no le asusta mostrar su gran preocupación “que niños/as de uno o dos años no puedan ver y conocer muchas de las especies que nos rodean”. Ella como ilustradora es consciente de que podrán verlas en libros e ilustraciones, esa es su labor precisamente, interpretar la naturaleza para poder hacérsela llegar a otras personas, “pero cuando las ves a lo vivo es una cosa maravillosa, puedas tocarla, cuidarla y eso te hacer comprender y querer la naturaleza de otra manera”.

La ilustradora boliviana está convencida de que cuanto más conoces de cerca la naturaleza, más quieres protegerla. Tanto es que durante la pandemia se volcó en el estudio e ilustración de desgracias naturales que están ocurriendo en su país natal. Ejemplo de ello son los incendios que en 2019 arrasaron millones de hectáreas en Bolivia y Brasil, y que Patricia recoge en un gran mapa donde puede verse una Bolivia incendiada. “Viviendo fuera te das cuenta de la importancia que tiene divulgar esta información, porque estos incendios afectaron a una gran parte de Sudamérica y no “solo” son árboles lo que se quema, es biodiversidad y es vida. Y esto acabará afectando a todo el planeta.”

Otro de los trabajos a los que guarda especial cariño es sobre el bufeo, un delfín endémico de Bolivia que se encuentra en peligro de extinción por la degradación de su hábitat natural. Pero no es el único mamífero que se ve afectado por esta situación. Una situación provocada directamente por el ser humano. Y es que en Bolivia cada vez son más las empresas ilegales que extraen oro, y lo hacen con grandes cantidades mercurio, un elemento con un alto grado contaminante que poco a poco está destruyendo áreas naturales originalmente protegidas, las especies que en ellas habitan y que están provocando enfermedades mortales en los indígenas de la zona.
Un proyecto que, además, de su contenido divulgativo en relación a la situación que se está viviendo en esa zona de la Amazonia boliviana, se ha convertido en un trabajo de investigación e ilustración científica sobre el bufeo que no se existía hasta el momento y que, por tanto, servirá para que otros especialistas puedan documentarse. 

Fotografía: Kike Gómez

La pandemia, un caos maravilloso

Familia de cinco, la pandemia reorganizó la vida de Patricia, convirtió su salón en su estudio de ilustración e, incluso, establecieron horarios dinámicas y horarios de trabajo. Así lo cuenta, “un caos maravilloso porque fue una manera de compartir todos, de establecer horarios de ordenadores y demás cosas.” 

La realidad es que Patricia durante la pandemia no paró, sin proyectos laborales a la vista se sumergió en proyectos personales como Fenología, una serie de ilustraciones que retratan a las diosas protectoras de la naturaleza de diferentes zonas amazónicas de su país. Un proyecto personal, con alto contenido crítico, a través de sus ilustraciones Patricia quiere hacernos reflexionar sobre el daño que los seres humanos hacemos a la naturaleza aun siendo quienes deberíamos protegerla, como parte de ella que somos: “siente la naturaleza que hay en ti, eres una pequeña parte de ella”.

No todo es ilustración científica

“Voy moviéndome tranquilamente entre unos y otros trabajos”. Combina proyectos de ilustración científica y editorial-publicitaria con proyectos encargados por particulares o de carácter más personal que le permiten participar en ferias y certámenes.

Con su proyecto personal Fenología se presentó a varios mercados de ilustración, como Mazoka de Vitoria-Gasteiz, en el que participó durante dos años consecutivos. Patricia cuenta esta experiencia como una oportunidad única y a la que está enormemente agradecida por el reconocimiento y visibilidad que se le dio a su trabajo y su figura profesional.

Fotografía: Kike Gómez

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