Ocho de cada diez organismos públicos culturales están dirigidos por hombres. El 80% de los ingresos de las compañías de creación independiente proviene de la venta de sus productos y servicios. Estos dos son solo algunos de los datos aportados por el Observatorio de Creación y Cultura Independiente, entidad que promueve el desarrollo del sector de creación independiente en España mediante el estudio de su realidad, problemas y necesidades y la búsqueda colaborativa de soluciones compartidas con agentes del sector de la cultura.
Hablamos con Fátima Anllo, directora del Observatorio de Creación y Cultura Independiente, y con Nani Soriano, gestora del área profesional, para conocer a fondo el trabajo de la entidad y su transformación en lo que será la Fundación Creación Independiente.
Lo primero de todo, y para ponernos un poco en contexto, ¿qué es el Observatorio de Creación y Cultura Independiente y con qué objetivos nació?
Es una entidad impulsada desde el ámbito de la creación independiente que tiene como objetivo conocer la realidad del sector independiente para promover cambios tanto a nivel interno como para solicitar o impulsar cambios en las políticas relacionadas con el sector.
Actualmente, el Centro de Documentación de Artes Escénicas y Música no desarrolla investigaciones ni genera informes, y el propio INAE tampoco investiga su realidad. La única entidad que genera datos es la Unidad de Estadística del Ministerio de Cultura, pero genera datos muy macro y la desagregación es por comunidades autónomas, por lo que no te permiten conocer con detalle la situación. Creo que para redactar políticas deberían contar con datos, cifras y una visión y un seguimiento de la realidad.
¿Por qué es importante o necesario contar con un Observatorio de Creación y Cultura Independiente? ¿Qué aporta con respecto a Observatorios de la Cultura que nacen bajo el paraguas institucional?
La mayoría de estos observatorios emiten unos datos que te tienes que creer. Es importante que el sector disponga de una herramienta que no está en manos de uno de los agentes de los que dependes. En todos los países que se precien, las investigaciones o el seguimiento de determinados temas los hacen entidades externas y, de hecho, uno de los indicadores de democratización de las instituciones es si los procesos de evaluación son internos o externos.
Te pongo un ejemplo. Siempre hemos creído, y se nos ha hecho creer, que el sector de creación es un sector dependiente y subvencionado, que vive del estado y de las instituciones. Esto ha sido así porque lo único que se analizaba era lo que aportaban las instituciones públicas. Nosotras hemos hecho un estudio investigando de qué viven las compañías y cómo están configurados sus ingresos, tirando por tierra el relato antes mencionado. Nuestro estudio demostró que el sistema español es de los más privados del mundo. El 80% de los ingresos de las compañías de creación independiente viene de la venta de sus productos y servicios, por lo que podemos decir que estas viven, sobre todo, de su actividad y de lo que hacen. ¿Por qué es entonces importante un observatorio independiente? Porque este informe no te lo habría realizado ninguna administración.
Habladnos de otros estudios que habéis realizado desde que nació el Observatorio. ¿De entre todas las conclusiones a las que habéis llegado con todo el trabajo realizado, cuáles han sido las que más os han sorprendido? ¿O los estudios que más impacto han generado?
Hace un par de años realizamos una investigación muy importante sobre la aplicación de la Ley de Igualdad en el ámbito de la cultura. Una de las cosas de la que nos preciamos en el Observatorio es de utilizar metodologías muy estrictas y de nuestro compromiso absoluto con el conocimiento, así que cuando el Ministerio de Cultura y Deporte nos encargó esta investigación, decidimos estudiar qué pasaba antes y cuál ha sido la situación desde el año 2000, y cómo esas tendencias se modificaron o no por la Ley. El estudio fue devastador. Por ejemplo, la Orquesta Nacional ha programado 2.142 obras a lo largo de 20 años y solo 10 han sido de mujeres. Esto no es por azar.
También hemos realizado trabajos para el ámbito de las artes escénicas, de la danza y de la música. Uno de los valores de estas investigaciones es que han tenido continuidad en el tiempo. Esto no solamente te hace una fotografía de la situación ahora mismo, sino que te informa sobre la evolución y tendencias de fenómenos sociales y culturales.
Con datos tan devastadores como los que has comentado, ¿se trabaja posteriormente desde las instituciones para darles la vuelta? ¿Las políticas culturales tienen luego en cuenta los estudios realizados y las conclusiones que sacáis?
En el caso del ‘Estudio sobre la aplicación de la Ley de Igualdad en el ámbito de la cultura’ sí, ya que el Observatorio de Cultura, formado por el Ministerio de Cultura y distintas asociaciones de mujeres, exigía que todas las propuestas de mejora que se realizaron en esta investigación se tenían que llevar a cabo para ir cambiando la realidad.
Estáis trabajando en una Plataforma Web de Gestión y Servicios para Compañías Independientes de Artes Escénicas y Agrupaciones Musicales. ¿Cómo surge la idea de esta plataforma y cómo se está desarrollando?
Después de muchos años de conocer la realidad y las dificultades del sector de creación independiente, nos dimos cuenta de que teníamos que enriquecer los datos para que fueran más potentes. A través de esta plataforma, las compañías verterán sus datos y se los devolveremos para cuestiones operativas, para que puedan mejorar su gestión y estrategias de manera individual o grupal. El objetivo principal es ayudar a los/as creadores/as independientes a mejorar la eficiencia y eficacia en su gestión.
Además, habrá un apartado donde se podrá consultar la oferta y la agenda de actividades de las compañías, de manera que estarán en igualdad de condiciones grandes compañías y emergentes, así como espacios urbanos y zonas rurales. La plataforma es una combinación de una acción política y transformadora colectiva y, al mismo tiempo, una herramienta enormemente operativa para favorecer las tareas profesionales y los servicios.
La creación independiente tiene singularidades, características y necesidades propias. ¿Cuáles diríais que son las cuestiones o necesidades más urgentes que hay que abordar dentro de las políticas culturales para este colectivo?
Una de las políticas más necesarias es la unificación de criterios en todo el territorio. Cada autonomía tiene unos circuitos teatrales determinados que exigen procedimientos diferentes para cada uno de ellos. Pasa exactamente igual a la hora de pedir subvenciones. Todo esto consume muchísimo tiempo y habría que facilitar todo este trabajo. Sería un cambio muy grande para las compañías el poder unificar todo en un solo procedimiento.
También es necesario que se reconozcan las diferencias entre la creación independiente y la producción privada para ver que hay necesidades diferentes que exigen políticas diferentes. Ha habido sinergias de intereses entre las administraciones públicas y los grandes operadores privados que han hecho desvanecerse esa diferenciación. En España estamos como si Off-Broadway y Broadway operaran en la misma liga. Son las mismas ayudas, las mismas convocatorias y los mismos privilegios o no para todos. La administración debe entrar allá donde la sociedad no es capaz de generar iniciativas por sí misma. No está bien que las administraciones ahoguen las iniciativas que surgen desde la sociedad.
Tendríamos que mirar a Europa, donde muchos pequeños teatros están gestionados por compañías de la propia zona. De esta manera pueden exhibir sus trabajos, establecer vínculos con la comunidad y disponer de espacios para ensayar. Además de programar varios días a la semana, ya que actualmente en España hay teatros que funcionan un solo día.
Contáis para muchos proyectos con la colaboración de multitud de agentes, sean del sector cultural, del ámbito universitario, etc. ¿Cuál es la clave para trabajar en la colectividad, en coordinación con tantas partes?
Para cualquier proyecto colectivo es muy importante que el objetivo sea conocido y compartido por todas y cada una de las partes. De esta manera es más fácil tomar decisiones. A nosotras nos resulta muy fácil colaborar son asociaciones porque trabajamos por y para ellas. Además, el hecho de que representemos a la gestión y a la investigación y no seamos competidoras directas facilita esta tarea del bien común.
El término “observatorio” nos lleva a pensar en una estructura sólida, con equipo y recursos suficientes como para llevar a cabo las investigaciones. ¿Es así en el caso de un observatorio independiente? ¿A qué dificultades os enfrentáis como proyecto?
Para nada somos una estructura súper potente. La independencia tiene a veces ese problema, que nos enfrentamos a la falta de recursos porque queremos mantener nuestra voz propia y nuestra visión independiente y autónoma, que es un valor muy importante. Nos negaríamos a entrar en una nominativa con el Ministerio o que determinada fundación nos diera dinero.
¿Qué relación tenéis en el Observatorio con Euskadi? ¿Han surgido oportunidades a lo largo de estos años para iniciar algún estudio centrado en este territorio?
La única experiencia fue la parte de investigación del Plan Estratégico de Pamplona. Todos los observatorios públicos financiados con recursos públicos deberían poner sus datos primarios a disposición de quien quiera usarlos, y eso no está ocurriendo en la actualidad. Por ejemplo, la Unidad de Estadística del Ministerio te facilita los datos primarios de las encuestas si los pides y sabiendo quién los pide. Ocurre lo mismo en todos los observatorios públicos. ¿Cómo no están esas bases de datos a disposición de la ciudadanía si las pagamos entre todos/as? Los datos y el conocimiento son poder.
El Observatorio de Creación y Cultura Independiente evoluciona y pronto os constituiréis como Fundación Creación Independiente.
Para demandar la diferenciación entre creación independiente y otras y empoderar así al sector, necesitamos crear un marco institucional que adquiera voz. La Fundación tendrá un brazo operativo por y para la creación independiente, y un entorno institucional desde el que operar de forma diferenciada y poder influir sobre otros actores.
Dentro de la Fundación estará la Plataforma Web y el Observatorio, que pasará a ser el área de investigación de la Fundación. Además, se creará un Consejo de la Creación Independiente donde estarán presentes todas las compañías de la Plataforma.
Hemos impulsado este proyecto con un compromiso social y cultural, queremos dejar algo para el sector y que todo este esfuerzo permanezca.