Naiara de la Puente vive a caballo entre Finlandia y su ciudad natal, Vitoria, desde que cursando la carrera universitaria de Pedagogía del Acordeón le surgiera la oportunidad de irse de Erasmus a la Academia Sibelius de Helsinki. La Academia cuyas referencias escuchó cuando entrara en la Escuela Municipal de Música Luis Aramburu por primera vez, es hoy su casa y su lugar de trabajo. Un sueño hecho realidad, algo que de pequeña lo imaginó inalcanzable, es ahora su realidad; sin ir más lejos, aquel profesor cuyas partituras comenzó a estudiar, es quien le ha acompañado en el estudio artístico de su tesis doctoral. Una trayectoria personal y profesional que ha vivido de forma natural, convirtiendo lo que empezó siendo un hobbie en un estilo de vida.
Naiara encuentra en su acordeón, en su estudio y en sus horas de ensayo calma, paz mental y gozo de estar una misma con su instrumento. Horas de dedicación, esfuerzo y disfrute, que también desea compartir tanto con los oyentes a los que su música nos encandila como con otros músicos y compañeros de cámara. Este formato le permite compartir su música, al tiempo que disfrutar de otros timbres, de otros timbres, y de socializar, por supuesto. Un aspecto al que le da especial importancia, pues de niña deseó tener la oportunidad de juntarse con otros niños y niñas, tal y como lo hacían en otros instrumentos. Tanto es así que en su tesis doctoral estudia la importancia de la música de cámara y los beneficios que tienen los agrupamientos heterogéneos, no solo entre acordeones, para el desarrollo del propio instrumento.
Vitoriana de corazón, su apuesta es volver a Vitoria, un lugar donde se siente plena y cómoda, y donde le gustaría tener la oportunidad profesional de traer su concepción del acordeón, el conocimiento y el valor que al acordeón de concierto le dan en otros países, y que cree fundamental transmitir a los y las jóvenes que empiezan con el instrumento.
En la actualidad, además de su doctorado, está inmersa en proyectos multidisciplinares, como el que ha realizado junto a una compositora finlandesa con música y con grabaciones basadas en un pueblo indígena de Siberia, a través de las cuáles han estudiado la forma de relacionar esa tradición cultural de los Chupotka de Siberia con el sonido de la percusión de la txalaparta y, por ende, con la tradición del pueblo vasco.
En Vitoria junto al chelista, Iván Casado, forma un dúo acordeón-cello, donde aparte de repertorio clásico y transcripciones, interpretan música contemporánea y también trabajan con compositores en la creación de nuevos repertorios. Y junto Akartia Trio, trío formado por voz, saxofón y acordeón, y han sido invitados al Congreso Mundial de Música Contemporánea (ISCM) en Sudáfrica.
Fotografía: Borja Trivi